Ya no la forma del aire
donde el ojo palpita.
Solo la simiente de un instante
que creció sin porqué,
aprendizaje de sombra
en tu arquitectura desplomada.
Ya no la palabra del vacío
ni el canto que delimita
tu resonancia.
Solo un contorno que naufraga
en la grieta del ver,
un latido que escribe
con alfabetos de memoria.
aapayés

