El silencio de la celda
Me conmueve
A lo lejos se escucha el tropel de los asesinos
Torturadores
De la palabra y el pensamiento
No grito
No siento el gusto al amanecer
Ni de el sol quemando sueños
Atrapando ausencias de compañeros perdidos
Ausentes
Entre la ausencia y la vida
Prefiero el grito del que lucha
Del que enarbola las banderas de la victoria
En las calles y barrios llenos de pueblo
El silencio frío de la celda
Me abriga y me abandona a perderlo todo
No hay nadie
No escucho los abrazos solidarios de mis compañeros
Estoy solo
Desnudo y vendado
Con las manos esposadas
Esperando la tortura
Escucho un grito a muerte
La hormiga solidaria
Acaricia con su sonrisa
Su presencia en mis manos
En las piernas y pies que desnudos
Agitan la vida de mis andadas por las calles
Por la ciudad
Por las paredes pintando consignas
No estoy solo
Tengo a un pueblo que lucha a pesar de todo
La celda es mi abrigo
Mi ultimo aliento de amor
De vida
Pero llena de esperanza en los ausentes compañeros míos
No estoy solo en la memoria
De la hormiga compañera de mis delirios
Estoy en esta celda fría
Esperando el grito a muerte del verdugo
Que respira el sufrimiento
Del que un día como él, fue niño
Corriendo por las calles de la esperanza
Entre la celda y la vida
Prefiero el silencio ausente de los míos
aapayés