Si la poesía eres Tú
Eres el manantial,
El primer verso del poema,
El latido que inventó el tiempo
Cuando decidió ser ternura.
Tus venas ríos antiguos
Llevan historias talladas en pétalos,
Y tus pasos, millones de sílabas
Escribiendo el camino.
Porque eres la vida desnuda:
El amor que no pide permiso,
La raíz que sostiene el cielo,
La entrega que incendia lo eterno.
Eres la tierra
Donde crece la luz.
Trabajadora de lo sagrado,
Tejes el pan con tus manos
Y amasas esperanza.
Sabes que dar vida
Es descifrar el universo:
Por eso llevas en los ojos
La geometría de las estrellas
Y en la voz,
El mapa de los besos.
Mujer:
Eres sinfonía de lo cotidiano,
Poeta sin tinta
Que escribe con huellas.
Eres el grito y el silencio,
El cáliz y el vino,
La cicatriz que canta.
No eres perfecta:
Eres el milagro de lo imperfecto
La curva en el mármol,
La nota quebrada
Que hace danzar al aire.
Y al final,
Cuando la noche pregunte
Quién inventó el amor,
Las estrellas dirán tu nombre
En presente:
Porque la poesía
Siempre la poesía
Eres tú.
Eres el relámpago
No el trueno que anuncia,
Sino la luz que parte el cielo
En dos mitades de deseo.
Eres la raíz rebelde
En el horizonte
Que rompe el mármol de los siglos,
La que bebe tempestades
Y florece con filos de espada.
Tu inteligencia es un bosque nocturno:
Sabia, antigua, llena de susurros
Que los cobardes llaman misterio
Por no nombrar su fuego.
Tu fuerza es de volcán y seda,
Fundes montañas con un suspiro
Y tejes universos en el aire
Mientras el mundo dice demasiado.
Pero tu poder no está en el hueso,
Sino en el huracán de tu sensibilidad:
En cómo conviertes el dolor en semillas,
Cómo guardas lágrimas de acero
En los bolsillos del alma
Para regar las cuando sea necesario.
Eres pura no como el agua,
Sino como el filo del primer grito
El que nace sin permiso
Y dibuja nuevos horizontes.
Eres la diosa que se cansó de los altares
Y ahora camina descalza,
Quemando puentes con besos,
Firmando tratados de paz
con la tinta de sus heridas.
Y cuando la noche intente callarte,
Tú sin decir nada
Alzarás tu corazón como un faro
Y todas las estrellas
Aprenderán a latir.
Eres el silencio calculante
Entre dos tormentas,
La que resuelve ecuaciones
Con los ojos cerrados
Mientras el mundo tiembla.
Tu cerebro no piensa: ordena cosmos.
Traduce el llanto de los recién nacidos
Y descifra contratos con la misma
Precisión con que deshoja margaritas.
Serena
Como el glaciar que talla continentes
Sin prisa pero sin pausa,
Como la libélula que conoce
El álgebra exacta del vuelo.
Eres decidida
Das síes que construyen imperios
Y noes que derriban muros.
Tus decisiones son puñales de luz
Afilados en la piedra de luna
Y templados en tu sangre.
Eres inteligente,
Esa inteligencia tuya
No se mide en libros
Sino en cómo conviertes:
El miedo en estrategia
El caos en poema
Las dudas en cimientos
Mujer que domina el arte
De pensar con las entrañas
Y calcular con el alma.
Cuando todos ven 1+1=2,
Tú escribes 1 beso + 1 ausencia = infinito
Y lo demuestras
Sin usar palabras.
Tú eres
Poema materializa milagros
Tomas el viento entre tus manos
Ese que nadie puede sujetar
Y lo trenzas en cuerdas de guitarra
Para que hasta los sordos
Puedan oír el azul.
Conviertes:
El tiempo en pan recién horneado
La nostalgia en semillas fértiles
Los sueños en esquinas precisas
Donde los ciegos encuentran
Mapas táctiles de esperanza
Eres la traductora
De lo que no tiene palabras:
Cuando besas,
El amor deja de ser concepto
Y se vuelve geografía
Montañas que palpitan,
Ríos que memorizan
La forma de tu boca.
Inventaste el diccionario
donde:
-Ausencia
Raíz que crece en la oscuridad
-Miedo
Arcilla lista para esculpir
-Eternidad
El tiempo que dura
Un orgasmo bien contado
La ciencia todavía busca
La partícula de Dios,
Sin saber que tú cada mañana
La sirves en el desayuno
Entre rebanadas de universo
Y jugo de constelaciones.
Tú
Eres poesía
Inmaculada tentación
A lo prohibido de prohibir,
Lo inevitable pergamino verso
Del alma
La que inventó el universo
Madre feroz y sublime
Antes que Dios tallara montañas,
Tú ya sabías morir y renacer
No en metáforas:
En sábanas manchadas de entrega,
En noches convertidas en lecho
Para fiebres ajenas.
Eres la poesía la única alquimista
Que transforma su sangre en leche
Y sus huesos en puentes.
Dar la vida no fue un acto:
Es tu respiración continua.
Cada mañana abres el pecho y sacas:
El pan de tus costillas
La sal de tus lágrimas
El mapa de tus venas
Todo esto llaman amor,
Pero es más viejo que la luz:
Es la ley secreta
Que mantiene girando los planetas.
Cuando el mundo te pide pruebas,
Muestras:
La cicatriz que sonríe
Las manos que parecen siglos
Los hijos que caminan
Llevando tu voz
Como esqueleto interno
No eres santa:
Eres la loba que negocia
Con la muerte a dentelladas,
La que intercambia
Sus uñas por risas,
Su juventud por alas ajenas.
Te han visto llorar en escaleras,
Pero esos mismos ojos
Hinchados de insomnio
Ven mejor que telescopios
Cuando detectan el dolor
En habitaciones de distancia
Y te entregas como siempre
Y como nunca
A las vidas de tu vida
Y cuando preguntan ¿por qué?
Señalas el horizonte
Donde tus hijos ahora altos
Siguen llevando tu sombra
Como única armadura.
La esencia de la vida
Mujer
Eterna
Si la poesía eres Tú
aapayés