lunes, 3 de julio de 2017
Cuándo mis escritos palpiten en el infinito
Escucho el castigo de mis tinieblas,
Olvido iluminado y venidero
El violento vuelo de las mariposas,
Taciturno, es el torpe manantial de los insultos
Sonriédole a los versos
Oscuras siluetas de mis cenizas,
Laberinto del castigo
Es el que sin lugar a dudas
Navega desnuda hacia mi lecho
Cuándo mis suplicios sean
El recuerdo de mis huesos,
Horizonte orificio de mis lagrimas
Deslizando hacia tus secretos
Más íntimos de tu cuerpo, de tu vida
¡Basta! por un momento de tanta verborrea,
Los que me odian
Los que recitan sus apellidos
Los que cometieron crímenes y
Aplaudían en pleno acto maquiavélico
Los que me quieren, son el castigo
De aquellos que un día torturaron mi alegría
Y mancillaron a golpes la esperanza de vivir en paz
Cuándo mis escritos palpiten en el infinito
Silencio de mi agonía,
Cenizas esparcidas por el viento, tiempo
aapayés