Amanecí con la lectura entre mis manos
Diminuto aroma de un verso aislado
En el rincón menos pensado de tus ojos,
De tus labios
De tus besos,
Deseo de tu propia existencia,
Sin acomodar el ritmo literario en tu memoria
Ni en tus latidos ingenuos,
Palpitan las cenizas de un acalorado gesto de nostalgia
Amanecí bebiendo el rencor de tus actos
Con el beso celestial de un olvido,
Con el argumento sublime de un amor verdadero
Arrinconado en el silencio de la ironía,
Energúmena metáfora del sentimiento
Un rato aquí
Un rato allá
Amanecí con la lectura entre mis dedos
Y un café entre mis piernas
Ejecutando metáforas eclesiásticas,
De un versículo, en el capitulo de tu cuerpo
aapayés