Detenerse y observar el tiempo
Mirar el oleaje de los árboles en otoño,
El viento acariciando la nostalgia
Y colorear el camino en el horizonte
Con la vida en transición al invierno
Me recuerda los relatos de niño
Corriendo sin calzado
Por el pavimento de su infancia,
Una oruga coqueteando sus manos
Y el vuelo incierto del colibrí
Danzando su existencia en el jardín
Detenerse y besar el silencio
Que hace añicos el alma solitaria
La nieve alfombró la noche,
La oscuridad iluminó la nostalgia
Que transita por el cuarto de tu sueños
Detenerse y beber desatendiendo los deseos
Vaciando el silencio solitario y cutre, de un te amo
Es otoño, frío
Invierno glacial de Montréal
Me detengo y con un sorbo de sueño
Me inclino a la amnesia, de pensar en ti
La luna dejó de parpadear su dulzura,
Es otoño,
Pero el frío, es más frío sin tus locuras
Tentación
aapayés
