Hay una ofrenda floral
En la puerta de mis pasos
Y en la entrada de mis sueños
Que pronuncia mi nombre
Todos los días
Las noches se arrodilla ante mi
Y me acaricia con ternura
La tempestad del silencio
Hay una ofrenda floral
En los pasos de mis manos
Y en la poesía
El amor rotundo por la vida
No dejo de pensar en ti
Insoslayable tentación de mi poesía
De mi vida
Inmaculada mujer hecha verbo
Para ser cómplice del destierro,
El entierro que espere
La ofrenda floral que me acompañe
Sin dejar rastro de su presencia
Hay una ofrenda floral
En los sueños de mis días
aapayés