jueves, 15 de junio de 2017
Acariciando las pestañas de la noche
Al despertar compartió con la ardilla
Amiga imaginaria,
Que al amanecer llegaba a su ventana,
Para ser cómplice de sus sueños
Extendió su mano
Se le acerco
Moviendo su cola y a saltos,
Se prendió de sus cabellos
Susurro al oído su sueño,
Que había hecho realidad en los árboles
De rama en rama, las hojas se desprendían
Acariciando las pestañas de la noche
Deslizó su mano
Levanto lentamente su capa roja y su vestido
Descubriendo sus piernas,
Eran las patas del lobo
Sus pezuñas incrustadas en el suelo
Sorprendida
Se acerco al espejo
Vio el rostro de la abuela, con una sonrisa larga
Cabello blanco, desbordaba su capucha roja
Al lado en silencio
Posaba su cuerpo cansado, el lobo
Se desnudó,
Se volvió a costar
Para reposar con el alma de Caperucita
Con las fuerzas del lobo
Y la sabiduría eterna de la abuela
Cerró los ojos
Y siguió soñando frente al espejo
Llena de esperanza
Con los rasguños del tiempo
aapayés